domingo, 2 de noviembre de 2008

Noviembre: primera Salida temporada 2008-9


Ha llovido y apetece salir al campo un rato y aprovechar el clima...

En esta primera salida de la temporada y nos juntamos Carlos Pinajarro, Kangoo, Potti y yo.



Quedamos tempranito en la rotonda junto a mi casa a las 8 de la mañana, para que nos de tiempo a ir "a donde podamos".... y lo digo así porque no teníamos ni idea de donde ir.... habíamos pensado seguir algún rutometro de la guia Toyota saliendo de la zona de Segovia hacia la N-I, pero el tema no estaba del todo claro.



Finalmente decidimos hacer la ruta 28 y 29 de la nueva guia toyota. Poco después descubriríamos que, al igual que la anterior, esta también tiene más fallos que casillas :)

Salimos de Torrecaballeros donde tomamos un café, rumbo Turegano. Las primeras casillas coinciden y vamos comiendo ruta con buen barro. Compramos pan en Brieva (en una panadería donde estaban listos para hornear unos cochinillos). Aquí perdemos un buen rato (51min, según el track) tratando de encontrar por donde sigue la ruta. Nos damos una buena perdida y tenemos que volver al pueblo hasta que retomamosComprobar ortografía la casilla 14. Pero desde aquí las casillas empiezan a fallar y tenemos que ir tirando de WP en WP (estos si que están bien).

Vamos "averigüando" la ruta como podemos hasta llegar a Turegano. La verdad la única parte de la ruta que merece la pena es el último tramo, así que en previsión que el resto sea igual decidimos ir tirando por las pistas que van saliendo rumbo a la sierra que se ve nevada y abandonar la realización de la 28 (Turegano - Sepulveda)


Vamos tirando de mapa y nos sale una ruta bastante maja y muy divertida. En una pista que no tiene salida, llegamos a una chopera donde decidimos comer. Hace sol, lo que se agradece en un día tan fresco. Comemos un poco de todo: empanada de carne, filetes empanados, jamón, etc. Al final cafe, copa y descanso con una amena charla hablando de futuras rutas y de las pasadas.

Continuamos ruta y en un par de ocasiones vamos paralelos al río Cega sin encontrar salida y tenemos que volver por nuestros pasos. En una ocasión Pi, que va primero, no puede dar la vuelta y tenemos que ir a indicarle como seguir para dar la vuelta. De regreso de esta vuelta, para no dar una gran vuelta tenemos que vadear el río por un largo vadeo.

Se hace tarde y pensamos en pasar la sierra por Navafria. Tras algún despiste alcanzamos la cumbre y vemos gran cantidad de nieve. Hace frío y además a mi no me funciona la calefacción, así que nos vamos rumbo Lozoya. Aquí Potti decide marchar hacia su casa por la Izquierda rumbo N-I mientras que los demás vamos por el puerto de Navacerrada.



Pasando Cotos, hay mucha caravana y oímos por las emisoras un grupo de amigos del club clanck-Rover (Gustavo, ...) que está llegando al mismo sitio desde Segovia y decidimos parar a tomar un café con ellos y saludar.

Y de aquí a casita, que el día ya dio mucho de sí.

martes, 20 de noviembre de 2007

CUENTOS DE LA ARENA SAHARAUI

Mariola del Pozo, CUENTACUENTOS

CUENTOS DE LA ARENA

Dice una antigua leyenda árabe, que quien sabe escuchar el silencio de la noche, puede conocer los secretos del desierto.

Los cuentos de la arena nacieron en el desierto saharaui, en medio de las noches llenas de misterio.

Una gran afluencia de saharauis en nuestro país, ha hecho posible que historias como “La rosa del desierto”, o “Los tres tés” hayan viajado por España demandados por asociaciones y organizaciones que luchan por este pueblo, olvidado desde hace treinta años en uno de los desiertos más duros del planeta.

No cuentan historias tradicionales, si no que hablan sobre todo de la lucha y el recorrido de los saharauis desde las primeras intifadas hasta hoy.

Otros trabajos de Mariola del Pozo son Cuentos de los bosques, Los cuentos de Dana y El canto y el cuento.

La rosa del desierto

La primera vez que vi una rosa del desierto, alguien me habló de mares marchitos hace siglos y de flores de agua que el tiempo y el olvido disfrazaron de piedra.

Pero fue en una de esas interminables noches en la wilaya de Smara, allá donde las estrellas amenazan con tragarte de golpe y para siempre, cuando escuché por primera vez la historia de esas rosas.

Recuerdo que en el aire se mezclaban los sonidos de la luna con el olor a incienso llegado de alguna parte, y las sombras de las jaimas me susurraban cuentos al oído, que se amarraron en algún lugar de mi memoria, para buscar allí esa patria, que el exilio les robó.

Me hablaron de un amor que fue posible, entre una duna y un rosal y desde entonces ya no creo a quien me habla de fósiles y ciencias, porque sé que la noche del desierto sabe más que nadie de amores y desencuentros.

EL ROSAL Y LA DUNA (Mariola del Pozo)

Hace mucho tiempo, cuando los marroquíes invadieron el Sáhara Occidental, los saharauis tuvieron que huir hacia un futuro incierto. Cogieron sus maletas y baúles, agarraron de la mano a sus ancianos y a sus niños y, sin volver la vista atrás, tomaron rumbo hacia la tierra de nadie, donde les esperaba un sol implacable que les dio cobijo en medio de la nada

Cuentan que, antes de partir, alguien escuchó la voz de un anciano Saharaui que lanzó al mar la promesa de un regreso, y las olas la convirtieron en espuma:

-Volveremos pronto, quizás mañana; espéranos en El Aaiún.

Allí, en El Aaiún, vivía una mujer que solo se llevó rosas al exilio. No preparó maletas ni baúles, y no agarró de la mano a ningún hombre y a ningún niño. Marchó sola con sus flores y la esperanza abierta de que a donde quiera que llegaran pudieran florecer como antes florecieron en el patio de su casa.

Fueron las rosas más bonitas de El Aaiún, regadas con agua de mar y con caricias prestadas que les dejaba el viento. Crecieron con las risas de los niños del patio vecino, y vieron durante mucho tiempo cómo se amarraban las culturas bajo el asfalto de las aceras.

Presintieron la huida en sus espinas, pero no pudieron hacer nada para evitar la larga marcha.

Cuando los saharauis llegaron al desierto, comenzaron a levantar jaimas y a buscar pozos de agua para ganarle la batalla al sol y a la arena hasta el día del regreso.

La mujer de las rosas no levantó ninguna jaima. Tampoco intentó refugiarse en familias que pudieran aceptarla. Su búsqueda fue solo de una sombra, que pudiera resguardar sus rosas del fuego que amenaza con marchitarlas.

Comenzó a recorrer toda la hamada, y de repente la vio. Era un gigante de arena que teñía de sombras el suelo sobre el que se levantaba, la duna más grande de todas las de la Hamada. La mujer se arrodilló, plantó el rosal ante la duna, y su voz penetró en el vientre de arena del gigante arrancándole la promesa que cuidaría de sus flores, protegiéndolas de todo aquello que pudiera hacerles daño: -Cuida de ellas, duna; que con el olor a rosa se mezcle en el desierto el olor a esa tierra que nos arrancaron de cuajo. Deja que te cuenten las historias que yo ya no podré contar, y que te hablen de las calles y ciudades que no volveré a ver. Te dirán como es el mar que tú nunca soñaste, y podrás oír las caracolas y el rumor del mundo que nos han arrebatado. Cuídalas, viejo gigante, y mantenlas vivas hasta el día que mi pueblo sea libre, y alguien la siembre de nuevo en el patio de mi casa.

La mujer se envolvió en su melfa, negra como un sudario, y la duna y el rosal vieron como moría lentamente; tenía en su cara una sonrisa inmensa y la mirada muy abierta, llena de escarcha de estrellas y olas marinas.

A partir de aquel día, la duna regaba de sombras el rosal que le trajo colores prestados de otros mundos, y le gustó su nuevo trabajo de cuidador de rosas. Nunca había visto el rojo de las flores ni el verde de los tallos. Había pasado la vida mirando el color dorado de la arena que se fundía en el infinito con el azul del cielo. Le contaba historias de caravanas de tuaregs que en otro tiempo cruzaron ante su sombra, y curaba sus soledades de flores exiliadas de recuerdos y caricias.

El rosal no hablaba nunca, pero a través de su olor la duna podía escuchar los relatos que la mujer le prometió. Podía sentir las calles y ciudades, los niños y sus risas, y el mar, sobre todo el mar, lleno de rabia de espuma, lanzando una y otra vez contra las rocas el lamento de un anciano guerrillero.

Y así, arropados por cuentos y colores, la duna y rosal se enamoraron.

Pero fue el Viento del Sur el que un día, después de posarse en la cima de la montaña le susurro al oído:

-Eh, viejo gigante, no te das cuenta que esas flores están muriendo, cada día que pasa sus colores se van perdiendo. Míralas, apenas les queda un soplo de vida. No sé como pudiste pensar podrían vivir aquí. ¿Acaso no sabes que jamás una flor echó raíces en el desierto?

-¿Que dices, Viento del Sur? –preguntó la duna-. Un día prometí que cuidaría de ellas, y no habrá nada que me impida cumplir mi promesa. Además, mis rosas siguen igual que el primer día.

Pero en ese momento, como un pequeño río que no va a ninguna parte, se oyó por primera vez la voz del rosal:

-No, duna. El Viento del Sur tiene razón. Vengo de un lugar donde hay un mar, y ese mar me da la vida. Me has regado con tu sombra y tus historias, pero no es suficiente. Y créeme que no lo siento por mí, sino por aquella mujer que un día me trajo aquí. Cuando nuestro pueblo sea libre de nuevo, ya nadie podrá sembrarme en el patio de su casa.

-Viento del Sur... Tú recorres todos los lugares, te acuestas en los mares y en los lagos... Trae un poco de agua para regar mis rosas -pidió la duna.

-De verdad que lo lamento. Podría traer en mis alas el agua que me pides, pero sé que al llegar aquí el sol de la hamada, que no perdona nada, secaría hasta la última gota. La única solución que puedo daros es llamar al Viento del Norte; él es más viejo y ha visto más cosas que yo. Quizás él pueda ayudaros.

Y en ese mismo instante, nada más oír su nombre, llegó el Viento del Norte. Llegó soplando con fuerza, como solo los vientos ancianos y sabios sabían soplar. Llegó para salvar una promesa, una historia de amor, y un deseo de libertad:

-Yo puedo hacer que tus rosas vivan para siempre. Puedo sembrar el mar en el desierto. Pero escucha, duna. Jamás en esta hamada bailaron juntas las flores y la arena, y si las quieres tanto como dices, tienes que ofrecerle al desierto algo a cambio: tu propia vida.

-He vivido tanto como el mismo mundo-respondió la duna-.Ya escuché todas las historias que tenía que escuchar, pero no pude ver todos los colores hasta que día, una mujer que llegó de lejos, plantó estas rosas frente a mí. ¡Adelante, Viento del Norte! Haz lo que tengas que hacer, y que en el desierto echen raíces las flores y las promesas.

En ese momento se levantó un siroco inmenso. Fue el viento más fuerte que los habitantes del desierto conocieron, pero también el más breve. Duró tan solo dos segundos. Cuando desapareció, la duna ya no estaba, y tampoco el rosal. Pero cuando los Vientos del Norte y del Sur miraron hacía abajo, vieron como a lo largo y a lo ancho el desierto estaba sembrado por rosas de piedra y arena. Y cuentan que, en ese mismo instante, alguien vio a los vientos sonreír.

Hoy, en el lugar donde antes se levantaba aquella duna, se sientan los ancianos polisarios. Envueltos en sus darrahs, y mirando a través de sus zams negros como la noche, escuchan esta historia que quedó prendida en las estrellas. Entonces cierran los ojos y sonríen, porque saben que el día que el Sahara sea libre, alguien sembrará una rosa de piedra en un patio de El Aaiún.

sábado, 19 de mayo de 2007

KDD Natura 4x4 2007 en Robregordo

Hola a tod@s

Pues por nuestra parte decir que lo pasamos COMO SIEMPRE: ESPECTACULAR. Solo decir una cosa: GRACIAS Naturos !!!

La verdad es que el día no tuvo desperdicio. Llegar a la zona y el chico que no nos dejaba bajar.... al final una dura negociación con otro organizador al que le comento que 'solo bajamos a descargar y luego subimos' (como hicimos todos los 'retrasados'). El caso es que al bajar y ver que no había problema de estacionamiento, pues el coche, como es normal, no volvió a subir.

Luego encontrar ese toldo de mercadillo que habían preparado los madrugadores ¡¡¡menudo chiringuito!!! estaba genial la verdad. Y mira que sirvió para guarecerse de la primera lluvia. Lo que no se es porque las prisas por quitarlo porque nos hubiera guarecido de la segunda. Lástima :)

Y para colmo, traemos carbón, parrillas, panceta, choricito, PINCHITOS MORUNOS, y nos encontramos con más cositas para aderezar la barbacoa que van saliendo a la mesa y que se van cocinando al ritmo de litros de Ribera del Duero, de Rioja, de Orujo... ¿un poquito de Sangría? ¿ya no queda Cardú?

Los niños, por ahí danzando, felices, sin que nos enteremos, seguramente dando guerra a los de las motos, o con los perros o en el río... Y los demás que si una alhambrita, que si un vinito de este o aquel, Isma: ¿quien quiere un poco de cerveza con limón que me queda? Vamos terminamos con todo... Ese orujito Valdi... que me tiene loco pero no me quise pasar.... los "aderezos" del grueso del pelotón (ellos ya me entienden)...

¡ah! pero no nos olvidemos que el 18 es el cumple del Güelo y ahí estábamos preparados con unas tartitas que nos las imaginábamos grandes pero como cayeron !!!! Gregorio, que cumplas otros 18 :) o otros 95 y que lo veamos todos :D

Y llovía... pero los de las motos implacables: trial clásico con sidecar ¡¡que amores se demostraban los compañeros de moto!!! y que guarrazos se metieron en el rio (ver, ver las fotos y vereis que guarrazos) Esto si que son Salmonetes y no aficcionados :). Por cierto en una de las secuencias de fotos, se ve como Juan, estaba con la cámara en ristre y el niño en brazos y ve como se le va cayendo la moto encima, con sidecar y copiloto incluido... y se da la vuelta con el niño y se pira corriendo. No le cayó encima de milagro. No me di cuenta del detalle hasta que vi las fotos. ¡¡suerte amigo!! y que veamos alguna de esas fotos hechas con el pedazo de canon que te gastas :)

Alberto, que no fumes más coño!!

Pero hay más cosas: nos alegró mucho ver el estado de Marisa, a Monster afeitado y a Agus con perilla (todo es cambiar), el salmonete del año (este año el premio creo que es para Ricardo :))) ) conocer a Juan y familia (lo mismo de Ricardo), al nuevo monster Baby Jr. (Yo que tu me lo revisaba porque son mucho más guapos que tu David) Virtu-Pepe ¡¡cuanto tiempo hacía que no nos veíamos!! (ya nos faltaban tus pimientos) a Antonio-Mar a Juanan a JaSal (que crecidas tu hijas y muchas gracias por los manuales), cuñao, que tenemos un "negocio" pendiente :) etc. etc ¡¡un año para vernos!! y la lástima los que echamos de menos: a Kike & family, Luisen y Sonia, Alberto Guijarro, Enrique Terracan, Mario, etc, etc etc ¿como os lo pudisteis perder? lo mismo para tantos amigos que nos faltó ver...

Como dice Antonio, ya hace muchos años que nos conocemos y cuando veo a los niños como han crecido me doy cuenta de lo que hemos pasado juntos.

Bueno ¿y que me decís de los de la despedida de soltero? Estos estaban menos preparados, pero vaya tela la que organizaron con los trajes de trogolditas ¡¡no os perdais las fotos!!

Y la partidita de mus... donde nos dejamos ganar por aquello de no perder la costumbre (porque está visto que Gregorio y yo sabemos perder mucho, sobre todo a base de órdagos ¿verdad güelo?) pero bueno, para reponer fuerzas una pequeña siesta en la hamaca de Pepe (un clásico también)

Lo malo al final que la granizada fastidió un poco la fiesta (que diferencia con el sol del año pasado) pero como no hay mal que por bien no venga, sirvió para apagar el fuego... por cierto, alguna cosita recogimos que no era nuestra: un par de tirantes tensores, una botellita de vino,... la llevaremos a la próxima salidita o KDD bis, que por lo que veo se organiza dentro de poco...

¡¡¡¡y nos faltó la foto de grupo!!! imperdonable :(

BUENO, LAS FOTOS aquí y si quieres ver otras fotos del album, pulsa sobre este enlace:
http://es.photos.yahoo.com/ph/mexcar01/my_photos. Por CIERTO, PARA EL QUE TENGA CURIOSIDAD puede mirar el album de fotos del año pasado y ver el de este año...

domingo, 6 de mayo de 2007

Sobre la licencia de CB27 y la nueva ley

Hola, bueno pues creo que es cosa de ponerse a leer el BOE... veamos unos párrafos básicos y como los interpreto:

Los títulos habilitantes para uso especial del dominio público radioeléctrico, en sus diferentes clases, otorgados al amparo de las normas vigentes hasta la entrada en vigor de esta Orden, continuarán teniendo validez hasta la conclusión de su plazo de vigencia. Dichos títulos deberán transformarse a petición del interesado, con anterioridad a su vencimiento, en las autorizaciones de carácter personal...

Es decir, lo primero que hay que hacer, es transformar la licencia actual en una de carácter personal (esto libera las dudas sobre si la licencia es personal o de la emisora, ya que a partir de ahora son personales.

"3. Las autorizaciones de radioaficionado tendrán carácter personal y no transferible y conservarán su vigencia mientras su titular no manifieste su renuncia. No obstante, el titular deberá comunicar fehacientemente a la AER cada cinco años, contados desde la fecha de otorgamiento de la autorización, su intención de continuar utilizando el dominio público radioeléctrico."

Esto confirma lo anterior, pero además de momento no encontramos nada referente al pago de unas tasas...

Artículo 5. Presentación de solicitudes y documentación anexa. Los interesados en obtener una autorización de radioaficionado dirigirán su solicitud a la AER acompañada del resguardo de abono de la tasa de tramitación establecida en la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones. En dicha solicitud, además de los datos de identificación personal, se indicará la fecha de obtención y número de registro del diploma de operador al que hace referencia el artículo anterior.

Caramba ¿quien decia que no había que pagar ???

Por otro lado dice que

2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo primero, y hasta que se actualice su regulación mediante Orden, los titulares de autorizaciones para la utilización de equipos de radio en la banda ciudadana CB-27, continuarán rigiéndose por la Orden de 27 de febrero de 1996 sobre reglamentación de la utilización de equipos de radio en la denominada banda ciudadana CB-27. Cuando se apruebe la nueva Orden, las autorizaciones para la utilización de equipos de radio en la banda ciudadana CB-27 que ya hayan sido transformadas de conformidad con lo dispuesto en el párrafo primero, serán adaptadas, de oficio por la Administración General del Estado, al modelo que se apruebe en la nueva regulación.

Vamos que 27MHz sigue como siempre, con la orden del 27/2/1996 (http://www.mityc.es/setsi/legisla/radioafi/o270296/o270296.htm). En esta ley dice que

"Artículo 4. Necesidad de autorización y excepciones. 1. La instalación en condiciones de funcionamiento y la utilización de equipos CB-27 tendrá la consideración de uso especial del dominio público radioeléctrico y precisará de autorización administrativa otorgada por la Dirección General de Telecomunicaciones, excepto en el caso de equipos portátiles CB-27 con potencia de salida inferior a 100 Mw, que gozarán de autorización general."

Vamos que si que hace falta la licencia como ya sabíamos, pero además más adelante dice que, para tener la licencia hace falta:

5. Justificante del abono de la correspondiente tasa por prestación de servicios de acuerdo con lo dispuesto en el Real Decreto 1017/1989, de 28 de julio , que regula las tasas y cánones establecidos en la Ley 31/1987, de 18 de diciembre, de Ordenación de las Telecomunicaciones.

y por cierto, en cuanto a la titularidad o no y si se pueden usar emisoras de otros, teniendo en cuanta que el permiso es personal, dice:

1. La autorización administrativa deberá acompañar siempre al equipo que se esté utilizando en ese momento. En caso de que el equipo CB-27 fuese utilizado por persona distinta del titular de su autorización, se deberá acompañar también al equipo un permiso firmado por su titular, quien será, en todo momento, responsable de su uso.

Espero que la información sea útil

Excursión por Cuenca el puente de Mayo

El pasado lunes 30 de Abril, salí a dar un pirulo por Cuenca. Ya es habitual alguna escapatoria preparada por estas fechas para hacer más tarde en Diciembre o Febrero. El tiempo además, merecía que dedicara una jornada a ver como estaba el campo. ¡¡como había llovido!!



El caso es que aprovechando que iba a tráfico de Cuenca (las gestiones allí son mucho más rápidas, solo es cosa de esperar una cola, cuando hay, de unas 10 personas) y que terminé a eso de las 12 de la mañana, saque un ruto que me había pasado Gregorio del rally montes de Cuenca. Tiene su miga porque el ruto no se sabe donde empieza y donde termina y encontrar las casillas sin ninguna referencia GPS pues tiene su aquel :))


Al final, encontré una posible intersección que podría ser y me puse manos a la obra.
El Jucar traía una verdadera inundación (ver fotos en yahoo fotos las de mexcar). Encontré por donde acometer parte del rutómetro hacia Valdecabras y Buenache atajando por los caminos que encontraba. Ningún cruce correspondía con lo que me encontraba :( pero lo que me encontraba me gustaba :)





El barro era sencillamente impresionante, resbaladizo, pegajoso y en algunos casos preocupante. Los caminos estaban salpicados de pequeñas cascadas temporales por la cantidad de agua de la sierra (fotos 12 a 14). No era como otras ocasiones en las que he salido solo por la zona. Esta vez andaba un poco acojonado porque además el tiempo amenazaba tormenta.

Llegando a Valdecabras parece que conseguí encontrar unas casillas que parecían coincidir con el rutómetro. Por fin parece que había dado con la ruta correcta. En esto que vi un camino que parecía ser el del rutómetro y me metí "a saco" para encontrar un paraje como los que veis en las fotos 15 a 20. La cosa prometía mucho.



En una zona de barro hasta los ejes se cruzaron dos suzukis zumbaos dándole hasta donde podían. Pasaron como Dios (foto 20( la cosa empieza a complicarse más y más cada vez hasta que empieza a recordarme demasiado a la zona de bajada al vadeo del Jucar en la ruta de las majadas (allí donde Alberto hinundó el coche y Gregorio rompió el alternador). ver fotos 21 a 23. Por un momento pensé que estaba en la zona chunga de las majadas y decidí darme la vuelta antes de meterme en mayores lios. Luego vi en el mapa que no era la zona pero la apunté porque es para nota :)

Vi numerosos ciervos (fotos hasta la 27) en varias ocasiones... impresionante.

En estos momentos ya seguía las indicaciones del ruto y me encontraba zonas donde no consigo entender como pasan los coches de rally por allí. Lagunas inmensas y balsas de agua (foto 28) Llegé a una zona de reses bravas también inundada (fotos 29 a 33) y allí la pista empezaba a ser confusa. El candado estaba abierto, pero no quise aventurarme por la zona.

Finalmente perdí la pista del rutometro llegando al asfalto porque no conseguí encontrar de nuevo la entrada a pista. Continué por un valle muy bonito hasta Cañada del Hoyo y allí terminé la ruta esperando poder completar el rutometro en otra ocasión.

Espero que las fotos os gusten, las dejo en http://es.pg.photos.yahoo.com/ph/mexcar01/album?.dir=/5bc2scd&.src=ph&.tok=phMZPsGBc_uBEoyX

domingo, 28 de enero de 2007

Trofeo "sin fronteras" Geocaching de RAUM serie E06







El Sábado 27 de Enero, salimos un rato a hacer alguno de estos puntos por Siguenza y el pantano.




La verdad es que hacía un frio como nunca, pero el paisaje animaba a hacer campo. No había ni una sola nube y a ratos se podía disfrutar del sol.
El caso es que partimos de Huermeces donde tomamos un cafecito rodeados de unos 150-160 cazadores y una verdadera montaña de 4x4 (por su puesto estos, no entienden de prohibiciones ni limitaciones). Muy amables lo chicos, eso sí.




Contaros que nos encontramos con Metano y Pisacharcos que andaban juntos recolectando puntos en sentido contrario al nuestro y rumbo norte. Luego, bien pensado, parece que la estratégia suya era mejor que la nuestra... Por cierto, me gustó mucho el invento que llevan para el winch desmontable: me parece una idea genial para no llevar el peso de forma permanente en el morro del coche... además con un invento para la bola. Lo único que lo tienes que llevar en el maletero y ocupa algo más que un paquete de tabaco :)




También vimos a los Discretos varias veces (unas 5 o 6 como mínimo)... menudo V6 con sus fedimas y demás preparación !!! Al toyota amarillo lo estuvimos viendo hasta el final, hasta en el último punto. Muy simpáticos estos chicos. Ellos, la verdad, tampoco se lo montan mal: se quedan a dormir el fds y lo hacen con tranquilidad: como debe ser. Nosotros hicimos eso en la Burgos creo y nos quedamos a dormir en lo alto de Carracena en tienda de campaña...



Por nuestra parte, comentar que esta serie nos ha parecido más complicada que las anteriores. Los puntos estaban un poco más escondidos y para algunos encontrar el camino por la nieve fue toda una aventura. Chicos los que no habeis salido todavía, no os despisteis :)



La nieve y el hielo, a veces con 5-6 cm hacían de la ruta un dia muy divertido. La nieve estaba helada. OJO, hay que tener cuidado y no confiarse. En la última foto (a unos 50 metros de la última foto que ibamos a hacer, ya casi de noche) una rampa jodida en curva (ver foto, poco clara pero que deja ver el hielo) en una ladera que ahora caigo que era totalmente norte (y por tanto más helada), el coche empezó a patinar, conseguí dominarlo un pelo para tomar la primera curva pero entonces me encontré con un muro (ver segunda foto).



A punto de darme de morros contra el muro, con el coche absolutamente fuera de control, el ABS no daba más de sí desde hacia ya 40 metros, intenté que el golpe fuera de costado y evitar el choque frontal. Consegui dominarlo y pasar rozando el muro, lo justo para que la puta esquina de abajo del muro me rompiera totalmente el espejo y las dos puertas de mi lado y el aletín trasero. Finalmente fui a parar a unos 10 metros de una casa y un terraplen, donde estaban esperando Goyo y Luis (un poco más y me estampo contra ellos).
Lo que más siento es que me va a quedar un coche con dos colores: lado derecho y lado izquierdo :)
Yo no hice fotos del destrozo pero tiempo habrá. ya enviaré alguna.
Las cosas de las prisas por llegar al último punto... aunque no iba nada deprisa, el coche se fue a tomar por culo. La pendiente es muy fuerte. Así que cuidadín en la foto numero 2 la del castillo, porque la bajadita da al norte y helada es peligrosilla.
Una última cosilla para la organización y los participantes: vimos dos señales de prohibición expresa de circulación que en ambos casos nos encontramos de espaldas (es decir al salir): Una en el pantano, junto a la presa de tipo tráfico y otra junto a la foto 2 (de la que envio foto, porque no deja de ser curioso el texto de la prohibición)
Nos quedan unos puntitos, al norte que haber si terminamos este fds o el siguiente.
Un saludo a todos y nos vemos en los premios :)
Más fotos aquí
Un saludo
Carlos M
Club 4x4 Mexcar

martes, 23 de enero de 2007

El viaje de Jota por el desierto en 2002

El siguiente relato describe el viaje de nuestro amigo "J" (cuando todavía era essaouira) por el desierto, atravesando el sahara occidental para llegar a Mauritania. El relato esta integramente copiado de un correo enviado en 2002 que guardo con mucho cariño.

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Queridos amigos, como muchos de vosotros me estáis llamando debido a la noticia publicada en una revista de 4x4 en la sección de breves, del viaje que realizé en solitario por el desierto durante tres meses, os voy a mandar un pequeño resumen que hice para una revista y que es posible que se publique (todavía no es seguro). Se lee rápido, de todas formas, si alguien quiere saber más del viaje, en la web del club (http://www.clubessaouira.com/) (nota mexcar: lamentablemente, actualmente no existe ya el sitio) está el diario detallado día a día. Si también queréis detalles técnicos, me podéis llamar o mandar un correo.

Un saludo y espero que os guste.

Atravesar Marruecos fue fácil. Es un país que conozco hace muchos años y en el que tengo muchos amigos, pero cuando dejé Assa por la pista balizada del Dakar de este año, todo cambió, el desierto se hizo más desierto y la soledad mayor todavía. Las grandes planicies parecían no acabar, crucé al Sáhara Occidental (país ocupado militarmente por Marruecos) por una eterna y arenosa llanura en la que solo había una acacia medio seca a modo de frontera. Llegué a Smara por el Saquía as Hamra, el oued más largo del país, y allí estuve conviviendo con unos pastores a los que ayudaba a llevar el rebaño de camellos por el desierto, compartiendo con ellos la dureza de sus vidas.
Por las noches, terriblemente frías, y reunidos en torno a una hoguera, me enseñaban, o por lo menos lo intentaban, los rudimentos del hasani. Estas veladas muy a mi pesar, no se prolongaban demasiado puesto que en el desierto la actividad empieza antes de que salga el sol.
Al abandonar Smara, tras 40 kms. de camino, los soldados no me dejaron pasar por la pista del Dakar, por lo que tuve que dar un gran rodeo desierto a través y cogerla mucho más adelante donde no hay ni camellos y desde donde "solo" 600 kms. me separaban de mi destino. Pero en ese mundo las distancias no se miden por kms., sino por jornadas. Allí, durante dos días, descubrí lo que significa la soledad. Sentí cosas muy diferentes a las que había sentido en viajes anteriores por el desierto de Marruecos en los que iba acompañado. Abandoné la pista que se dirigía hacia el Sur pues es zona muy minada y de fuerte presencia militar y puse rumbo a Dakhla circulando por el desierto sin más, evitando las montañas y zonas de dunas. En ese momento, una avería del coche, significa una sentencia, pero uno no piensa en eso en un paraje semejante. Las cosas allí adquieren otra dimensión, otros valores.
Normalmente montaba el campamento a media tarde. A esa hora comenzaba a refrescar así que calentaba agua para ducharme y luego me tenía que poner un jersey gordo. A la cama de la tienda le tuve que poner dos mantas y un edredón para combatir los rigores del frío nocturno del desierto. Al ir avanzando la oscuridad, el silencio parecía intensificarse y llegaba a ser tan abrumador que me obligaba a poner música clásica a tope para no sentirlo.
Ya no es necesario llegar hasta Dakhla para salir con el convoy hasta Mauritania, pues han hecho una carretera que lleva directamente hasta la frontera. El contraste de la aduana mauritana con la marroquí es increíble. Allí se acaba la carretera y también la civilización. Tras pasar los lentos controles burocráticos mauritanos, se circula por un arenoso camino entre dunas que impiden la vista del océano y en el cual es normal ver de vez en cuando a alguna furgoneta cargada hasta los topes, atascada en la arena.
Estuve en Nouâdhibou una mañana, haciendo unas compras y sacando el seguro del coche. Cuando salí de allí hizo su aparición la arena en grandes cantidades, y al cruzar una zona de enormes dunas, en una de ellas se hundió el coche a media tarde. Por allí no pasa nadie, el high lift con la arena se ha atascado y no funciona, el viento no cesa de soplar, el coche sigue ahí empantanado, es de noche y de repente surgen el miedo y la angustia. Pero a la mañana siguiente, con todo el día por delante, con luz, más tranquilidad y a pesar de un viento que no cesaba de soplar y que te mete arena por todos sitios y después de arreglar el gato y cavar durante horas conseguí por fin salir del atolladero. El "camino" dejaba atrás las dunas y daba paso a las piedras, nunca había visto tantas piedras juntas, así por lo menos el coche no se hundía. La arena volvió a hacer su aparición y en más cantidad. Circulaba en segunda reductora y con las presiones a 0.6 y al coche le costaba muchísimo pasar las dunas, la arena estaba muy blanda. En mil ocasiones el coche se quedaba casi hundido y en el último momento salía. Cuando ya de noche se acabó la arena y llegué a la playa no me lo creía y lo celebré con una buena cena con vino incluido. A la mañana siguiente llegué a Manghar en el que hay un parque nacional de animales y aves marinas y donde entre otras, pueden verse una infinidad de pelícanos, delfines y peces globo.
Los cientos de kms que faltan para llegar a Nouakchott, la capital, se efectúan íntegramente al borde del mar. Es una maravilla circular con las olas al lado del coche. Hay que estar atentos a las mareas de las que te informan en la oficina del parque cuando pagas las tasas. En esta zona en la que ya se puede ir bastante rápido, se ven cientos y cientos de aves acuáticas que parecen que van a estrellarse contra el coche y muchísimos cangrejos corriendo por la playa que hacen frenar la marcha para no aplastarlos. Empiezan a verse coches cargados hasta la bandera y con diez o doce personas en lo alto que, desde los poblados de pescadores con grandes barcas multicolores en forma de plátano y a los que, por muy poco dinero, se puede comprar pescado recién sacado del mar y muy bueno, se dirigen a la capital.
En Nouakchott, sin embargo, no hay nada interesante que ver aunque los grandes mercados de la ciudad si merecen una visita. La mayoría de las chicas que se ven son verdaderamente guapas. Los taxis allí son R-4 y los modernos R-12, conducen fatal y en los semáforos, aunque esté en rojo, te pitan para que pases. Sólo están asfaltadas las calles principales y los arrabales de la ciudad están invadidos por dunas así que prácticamente todos los días las excavadoras tienen que quitar la arena de la carretera que lleva a la frontera con Senegal y allí vuelta a empezar, mejor dicho, vuelta a pagar. Hay que pagar por todo. Se paga por cruzar el puente, se paga por salir, se paga por entrar, se paga, se paga. Pero en cualquier caso es mejor pasar por aquí, N´diago, que por Rosso, pues por allí hay muchísimos coches y mucho follón. Yo fui por una pista que me costó mucho encontrar, hacia kur Massane. Gradualmente la arena fue desapareciendo dando paso a grandes bosques y lagunas. De vez en cuando se puede ver monos enormes y otros animales salvajes. Seguí hasta N´diago para cruzar tranquilamente a Senegal. En este país también hay que sacar un seguro para el coche pero lo puedes sacar en la frontera misma y a su precio real. Desde allí, por una pista se va hasta la carretera y por ella llegas a San Luis. En cualquier ciudad de Senegal la policía está muy corrupta, te multan por nada pidiendo mucho dinero. Mientras, se han quedado con el permiso de conducir, y te dicen que si van a la comisaría a comprobar los datos tardarán muchos días, pero lo que hay que decirles es que si que quieres ir a comisaría, que no te importa esperar días y diciendo eso y con 5.000 cefas solucionas el problema, pero si no, te llegan a pedir más de 50 dólares. Si un policía ve que estás pagando una "multa" a otro, se acercará para pedirte también dinero para él, el descaro que tienen es increíble.
Las gasolineras en este país son como las del nuestro, muy grandes y en sus tiendas encuentras de todo e incluso cualquier tipo de bebidas muy frías o con alcohol. Las hay de marcas conocidas que suelen ser las más grandes y muchas de marcas desconocidas, en casi todas tienen engrase lavado. Lavar el coche suele costar unas 2.000 cefas aproximadamente. Aquí, en Mauritania y Marruecos, pues en el Sáhara no había de esta marca, usaba siempre las de Total pues además de ser de mejor calidad, siempre tienen gasolina sin plomo
Los ciento cincuenta kms. que separan San Luis de Dakar se recorren también por el borde del mar y si la marea está alta por la mañana, se tarda dos días en llegar. Dakar es una enorme y "civilizada" ciudad, con pequeños rascacielos, mucha gente, con coches más modernos que en Mauritania, atascos como en Madrid, pero más entretenidos pues hay montones de vendedores que pasan mientras se está parado ofreciendo las cosas más diversas: pescado, fruta, fundas de móvil, relojes de cocina, galletas. periódicos. Después de tantos días durmiendo en la tienda que llevo encima en el coche, como premio por haber conseguido llegar, decidí ir a un buen hotel que me costó caro y encima no tenía agua caliente, eso si, las vistas desde la habitación eran preciosas. Ya que estaba en Senegal, decidí visitar un poco el país y me fui a la reserva nacional de Nionkolo koba y por sus bosques, en los que se podían ver gran cantidad de enormes baobabs y muchísimos termiteros más altos que el coche, y polvorientos caminos llenos de animales salvajes, (búfalos, facoceros, monos muy grandes, hipopótamos, etc.) llegué muy cerca de la frontera con Mali y Guinea donde di la vuelta. En uno de los caminos medio tapado por la vegetación tuve que cruzar un ancho río por un puente de troncos hasta la mitad que resistió perfectamente el peso del coche aunque las ruedas casi no cabían dentro del puente. Me costó pasar porque no tenía nadie que me indicara. La otra mitad que no tenía puente tuve que pasarla con el cabrestante. En esta parte de África, los pequeños poblados que había en medio de los frondosos bosques, eran como en las películas de Tarzán: construidos de adobe en forma circular y con techo de paja y sus habitantes completamente negros y medio desnudos pero muy amables.
Regresé a Dakar y estuve en casa de Charly que tiene una empresa de rutas en moto y que es amigo de mi patrocinador. Emprendí el regreso a casa volviendo de nuevo por la playa para disfrutar de las olas y hacerles algunas fotos desde el coche. De repente, cuando circulaba por la orilla, una ola gigantesca, que no vi venir, pasó por encima (logré hacerle una foto) y me inundó el vehículo completamente. Al retirarse, tiró del coche hacia el mar y durante unos segundos angustiosos creí que nos quedábamos. Gracias a la reductora logré salir de allí antes de que pudiese venir otra ola y todo quedó en un remojón y un buen susto. Una vez hube pasado la frontera con Mauritania, con el consiguiente chorreo de dinero, me dirigí, por una buena pista, a Rosso para coger la pista que se dirige hacia Aleg. No eran grandes dunas, pero había tramos enormes de muchísima arena en la que había que bajar un poco la presión de las ruedas para poder circular. Fue precisamente aquí cuando el coche me dio el primer problema, se quedó frenado todo el rato y parecía qué no tenía fuerza, primero pensé que se había roto el motor, pero al notar lo calientes que estaban las llantas me di cuenta de cual era la complicación. Para andar tenía que acelerar mucho más y con la cantidad de arena que había, circulando en reductora el consumo se disparó a 28 l. Creí que no llegaba, era angustioso, pero llegué por los pelos, casi por inercia a la gasolinera de Aleg. Desde allí me fui por carretera hasta Tidjikja (menos unos cien kms. de pista por el desierto con muchos camellos hasta Moudjeria). Si hasta ahora creía haber visto arena, no había visto nada. Cientos de kms por oueds de arena en la que para no hundirme tenía que bajar bastante la presión de las ruedas, y otros cientos por mares de dunas en las que el coche se hundía hasta los ejes y donde solo se veían dunas y más dunas, sin vestigios de caminos, ni rodadas ni nada, solo algún que otro coche del Dakar abandonado, alguna acacia medio seca y donde no había arena había piedras, montones de piedras que me hacían circular lentamente. Lo que se siente en esos momentos únicamente lo sabe el que ha estado allí y si encima estás completamente solo esa sensación se multiplica por diez. Tardé casi cinco días en hacer los 600 kms. que me separaban de Chinguetti hundiéndome y volviendo a hundir casi constantemente en dunas de las que salir resultaba un calvario. Cuando llegué a Chinguetti, harto ya de tanta arena, me entró una euforia enorme. En mi vida me había sentido tan desesperado pensando más de una vez que no salía de allí, ni había cavado tanto, ni había tragado más tierra, ni había odiado a un viento que lanzaba la arena como si miles de alfileres empezasen a volar atacándome sin piedad.
De Chinguetti me dirigí a Ouadâne, un pequeño pueblo del desierto con unas ruinas muy bonitas por una pista buenísima y sin arena, lo que para variar fue un alivio. Pensando que por allí llegaría hasta el cráter de Guelb er Rîchât, continué la ruta cuando de repente la pista desapareció y empezó otra vez el martirio de las dunas. Como aquello tenía visos de durar bastante, hice un cálculo rápido del gasoil que estaba gastando y del dinero que me quedaba y ante la evidencia de mí precariedad no tuve más remedio, muy a mi pesar, que emprender el camino de vuelta sin ver el famoso cráter. Más tarde pude comprobar que había optado por la solución correcta. Llegué por la pista buena a Atar y desde allí me dirigí hacia Choum por el desierto, cuando, después de haber pasado Azougui, en medio de la nada, el coche se paró y no hubo forma de arrancarlo. Me temblaban los pies y casi me pongo enfermo, pero de repente apareció un toyota hdj 100, se paró y se bajó un señor muy bien vestido. Le dije que no arrancaba, me pidió un cable y haciendo un puente me arrancó el coche a la primera. Os podéis imaginar mi alegría. Me dio una tarjeta y resulta que era el director general de la empresa de accesorios eléctricos para coches más importante de Mauritania. Como circulaba despacio, se me hizo de noche antes de llegar a Choum. Paré no muy lejos de la pista y volví a arrancar el coche para cerciorarme que al día siguiente no iba a tener problemas y poder dormir así sin preocupaciones. Pero al día siguiente, cuando salió el sol y me puse en marcha, no pude arrancarlo. Intenté hacer lo mismo que el señor que me había ayudado el día anterior y no funcionó. A lo lejos divisé un coche lleno de gente, les hice señas, me vieron y se acercaron. Todo el mundo se bajó. Mientras las señoras tocaban todos los artilugios del coche, los chicos intentaban dar con el motivo de la avería. Les regalé una caja de galletas y, con eso, las señoras y los niños dejaron de toquetear el coche y se estuvieron quietos por fin. Los mecánicos, como era de prever, no dieron con la avería pero, sin embargo, lo empujaron al tirón y arrancó En Choum, unos del Frente Polisario me arreglaron el problema eléctrico y pude continuar siguiendo la vía del tren unos 500 km hasta llegar a Nouâdhibou a donde llegué sin que el coche frenara en absoluto pues había perdido todo el líquido de frenos y sin embargo una rueda de atrás iba muy frenada y la llanta se calentaba una salvajada. Por no llevar frenos estuve a punto de caerme desde una duna muy alta pues no vi que se cortaba al llegar arriba y al frenar el coche no paró, pero me dio tiempo a dar un volantazo y pasar por los pelos el borde. En el desierto, las dunas, cuando son blancas, reflejan tanta luz que no se puede diferenciar su contorno.
El coche se quedó varios días en el taller en Nouâdhibou más por la lentitud de los mecánicos que por la avería. Mientras, yo hacía turismo y amigos (sobre todo saharauis del Frente Polisario, pues desde la paz de este país con el Sahara Occidental, viven muchos aquí) por la ciudad en la que permanecí casi una semana. Esta zona tiene unas playas muy bonitas donde como en toda la costa africana se puede comprar un pescado riquísimo a un precio de risa y que cocinaba a la plancha con ajito y perejil que me había traído desde Madrid.
No me quedé más tiempo porque en los bancos de Mauritania no puedes usar la tarjeta de crédito y al ir bastante corto de dinero tuve que optar por levar anclas.
Abandoné Mauritania con tristeza, pero en cuanto volví a coger una pista en el Sáhara Occidental se me pasó. Era una pista del Dakar y en dos días y medio llegué a Smara. Allí había conocido en el viaje anterior a Barka, una encantadora persona, dirigente político del Frente Polisario que Marruecos encarceló durante diez años y que ahora se dedica a los negocios y a sus rebaños de camellos Me quedé con él dos semanas en las que hice muchas amistades de ambos sexos y viajé por el desierto con unos camelleros compartiendo otra vez su dura vida por unos días. Mis amigos se entristecieron mucho cuando me fui de allí. Me dirigí al Este por caminos casi olvidados y antiguos escenarios de la guerra del Sáhara con Marruecos, pasando algunos puestos militares todavía con tanques, hasta llegar a Al-Mahbas y de allí, por carretera subí a Zag y al poco de pasarlo me fui por el desierto otra vez hasta Tamtam. En total me hice casi mil km. sin repostar. Curiosamente, en el desierto encontré barro. No había llovido durante diez años pero durante mi estancia llovió muchísimo y los oueds se llenaron otra vez. Había que tener cuidado con las dunas pequeñas que se hundían al pasar el coche y te tragaban entre barro, arena y agua. Los camellos, gracias a su instinto, nunca las pisan pero yo, al salirme de un camino, me metí en una, con tan buena suerte que solo se hundió una rueda delantera, pero dando marcha atrás y con algo de esfuerzo logré zafarme y el coche salió.
En realidad, aunque yo siguiese hacia Zagora para ver a mis amigos y reparar el coche que había acumulado un sinfín de pequeños problemas, el gran viaje había terminado. Casi tres meses y 15.000 kms. me separaban del primer día en el que con gran emoción empecé a rodar por la maravillosa e inolvidable tierra africana.

En la frontera mauritana hay que pagar 2000 ouguillas en la policía y otras tantas en la gendarmería royal. La documentación que hay que presentar es el visado que se pide en Madrid en la embajada de Mauritania en la calle Velázquez 90 y cuesta 53 €, tardan una semana en tramitarlo. Y la documentación del coche. Es obligatorio que te saques un seguro para el coche, pero lo sacas en Nouâdhibou. que viene a costar unas 4000 ouguillas para 10 días, puedes aprovechar para cambiar dinero. Un buen contacto allí para todo eso, incluyendo reservas de hoteles, es Mohamed Artouro, que además habla español. Móvil: 00222 636 71 30. Email: artouro@caramail.com y si necesitáis guía os puede proporcionar los mejores a buenos precios.
Mi agradecimiento a la tienda Ser 4x4 que patrocinó las ruedas y el material necesario para esta expedición.